04 Oct
04Oct

Desde 1993 se celebra cada 22 de marzo el Día Mundial del Agua, propuesto por Naciones Unidas y que este año gira en torno al tema "El agua y el empleo".

 

¿Sabías que en torno a la mitad de la población mundial trabaja en sectores relacionados estrechamente con el agua? Podríamos asegurar sin riesgo a equivocarnos que está cifra es del 100% en la industria agroalimentaria. Como dice el lema de los ingenieros agrónomos, Sine Agricultura Nihil, que coincidiendo en este día y poniendo en valor la importancia de este elemento para el desarrollo podría evolucionar hasta Sine Agua Nihil.

El compromiso de todo un sector.

La agricultura es el principal sector consumidor de agua en España, seguida de lejos por el sector industrial y energético, y por el consumo doméstico. Según datos del año 2011, en torno al 75% del consumo de agua en nuestro país procedía del sector agrario -agricultura y ganadería-.

En países como España, donde la escasez de este recurso es un problema cada vez más acuciante y en torno al cual hay una polémica constante generada -transvases, desaladoras, etc.-, se están buscando nuevas fuentes y fórmulas de gestión del agua para satisfacer la creciente demanda y hacerlo de una forma respetuosa con el medio ambiente.

A la vista de la innegable vinculación agua-empleo en el sector agrario y las cifras de consumo de agua en nuestra industria, la agricultura está llamada a desempeñar un papel fundamental y debe liderar la innovación en esta materia. Esta innovación debe centrarse en la búsqueda de tecnologías que ayuden a gestionar el uso eficiente del agua y en la formulación de productos que sean fácilmente asimilables por el cultivo incluso cuando la disponibilidad de agua es menor.

 

Buenas prácticas e innovación

Yara lleva 110 años -desde su fundación en 1905 para dar respuesta a una hambruna que asolaba Europa-  dando solución a los grandes retos a los que se enfrenta nuestra sociedad, entre ellos, la protección de recursos cada vez más escasos como el agua.

La vinculación de la compañía con el agua es muy estrecha. Yara fue fundada por Sam Eyde y Kristian Birkeland sobre la base de una tecnología para la producción de fertilizantes mediante la fijación de nitrógeno del aire. El proceso requería el suministro de grandes cantidades de energía eléctrica, y con este objetivo, se construyó una planta hidroeléctrica en el salto de agua de Svelgfossen (Noruega). De esta forma, el agua fue fundamental para paliar el hambre que  arrasaba el continente a comienzos del siglo XX.

Las empresas que forman parte de la Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible cuentan con una posición privilegiada a la hora de buscar soluciones a estos desafíos. Por esta razón dedicamos grandes esfuerzos en I+D+i en el desarrollo de tecnologías para una agricultura sostenible y que requiere, entre otras puntos, por un uso eficiente del agua. La conexión del agua y los nutrientes es una de las claves para mejorar esta eficiencia.

Desde esta plataforma apostamos por un uso racional y sostenible de nutrientes, ayudando a los productores y agricultores a aportar los tipos adecuados de fertilizantes en las cantidades óptimas y en el momento adecuado. La solución pasa por producir más con menos, es decir, optimizar los recursos de todo tipo. Además, las formas en que esos nutrientes son aplicados, totalmente disponibles y asimilables por la planta, es importante para que se dirijan a los sistemas radiculares de la planta por los cuales son tomados, en lugar "perderse" sin ser tomados.

Por otro lado, los productores están reclamando a las grandes firmas el desarrollo de tecnologías que les ayuden a optimizar el uso de agua, por convicción propia y por exigencias del mercado. Hoy día la preocupación de la sociedad y el consumidor final por la huella hídrica de todo aquello que consumimos -por supuesto también alimentos- está alcanzando la notoriedad que ya tiene su hermana la huella de carbono.

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